¡DIOS! En un mundo de 6 mil millones de personas, con la religión parecemos personalizar a Dios; podríamos tener 6 mil millones de conceptos. Dios, palabra protogermánica del siglo VI; la escolástica y el silogismo proporcionan un concepto de creencias. ¿Creer otorga a un individuo o grupo la capacidad de conocer verdaderamente al Creador, Yahvé Elyon, el Padre de Yeshúa, como lo hicieron Pablo, Pedro y Juan? ¿Se necesita un concepto o una entidad inteligente para definirse?
Bueno, he analizado todos los argumentos y diré esto: si estuviéramos tratando con información proveniente de la revelación divina y no derivada de la escolástica, el silogismo y la exégesis, ¿habría lugar para el desacuerdo? Ahora tenemos personas que difieren; ¿podemos tener dos versiones diferentes de la misma verdad? Y si no, ¿quién tiene razón? La pregunta mágica de quién tiene razón solo puede responderse mediante la revelación divina. Solo la información que nos llega de Elyon/Yeshúa es confiable. Otra información se basa en la sabiduría humana y se ajusta a nuestras creencias. ¿Cómo podemos usar las creencias para definir el cosmos que creó todas las cosas? ¿No debería la inteligencia cósmica definirse a sí misma y, en el proceso, explicar por qué, dónde, cómo, qué y cuándo de todo? ¿Creer en algo lo convierte en verdad?
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