Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que cree en él —es decir, que tiene fe y confianza— no perezca eternamente, sino que tenga vida eterna. Estos mártires son llamados fieles y verdaderos. Recorrieron el mismo camino que Yeshúa hasta la muerte, y regresarán, vivirán y reinarán con él eternamente (Evangelio de Juan, cap. 3:16). Yeshúa dijo: «En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo habría dicho. Id a prepararos un lugar, y yo vendré otra vez para recibiros conmigo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis».
No comments:
Post a Comment